Un poco de historia sobre el Colegio de Profesores
El 16 de octubre de 1974, a través del Decreto Ley N.º 678 publicado en el Diario Oficial, se dio vida al Colegio de Profesores. Este organismo gremial surgió en un contexto donde todas las organizaciones previas habían sido disueltas tras el Golpe de Estado, dejando a este nuevo colegio como la única entidad del magisterio, reemplazando al desaparecido SUTE (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación).
Nacimiento del Colegio
En 1975, el Colegio de Profesores se consolidó, pero con una particularidad: en lugar de ser elegido democráticamente, el Ministro de Educación designó a las primeras autoridades. Esta situación se mantuvo mientras la dictadura lo permitió, evitando elecciones que dieran espacio a la participación de los profesores.
La inscripción en el Colegio era obligatoria para todos los maestros, lo que lo convirtió en el único interlocutor frente al gobierno y las autoridades educacionales. A pesar de su origen oficial, no todos los educadores aceptaban ser parte de él, y hubo amenazas de denuncias por ejercicio ilegal de la profesión para quienes no se inscribieran.
Aun así, en 1977 ya contaban con 76.551 inscritos, de los cuales la mayoría eran profesores titulados y otros con más de diez años de servicio. El objetivo del Colegio era alcanzar los 100 mil miembros antes de finalizar el año.
Relación con la dictadura
El Colegio fue estructurado de forma similar a otras instituciones profesionales, pero su desarrollo estuvo marcado por la fuerte influencia de la dictadura. Sus dirigentes, designados por el gobierno, no solo no defendían los derechos del magisterio, sino que llegaron a posponer las elecciones internas, perpetuándose en sus cargos.
Sin embargo, la presión de los profesores fue creciendo, y finalmente, en diciembre de 1985, se realizaron elecciones democráticas, donde el magisterio logró un primer triunfo frente al régimen. El resultado fue la formación de una nueva directiva que, a partir de marzo de 1986, comenzó a defender activamente los derechos de los docentes y a representar una oposición a la dictadura. Esta nueva etapa convirtió al Colegio en un actor clave en la lucha por la libertad en Chile.